¿Imaginan una sociedad libre de maldad y envidias? ¿Una sociedad en la que predomine la cooperación, en la que sus individuos dispusieran de tiempo para dedicar a las tareas que elijan y a establecer sanas y positivas relaciones sociales?
El siguiente experimento psicosocial o sociopsicológico que les mostramos constituye en sí mismo una experiencia, dado que se trata de hechos concretos que fueron llevados a cabo por diferentes grupos de personas, y no cuenta con la representatividad ni el rigor que requiere todo experimento científico. No obstante, nos ayuda a observar cómo, al márgen del laboratorio y la probeta, en la vida cotidiana mucha gente puede verse inmersa en su propio experimento vital.
Esta experiencia psiocosociológica parte de la novela de ciencia ficción escrita en 1948 por el psicólogo B.F. Skinner titulada Walden Dos. En ella, el autor propone crear una sociedad científicamente construida y utópica, sirviéndose de mecanismos de modificación de conducta propios del conductismo. Según Skinner, el comportamiento de los organismos obedece a la conjunción de factores genéticos y ambientales, y la alteración o manipulación sistemáticas de estos últimos podría dar lugar a una sociedad cercana a la utopía.
- La experiencia Walden Dos
En esta sociedad se pretende acabar con la desigualdad fomentando la cooperación frente a la competición. El autor propone unos miembros que serán felices, productivos y creativos a través de unas relaciones sociales ricas y satisfactorias. La comunidad se gobierna a sí misma siguiendo sus propias pautas de comportamiento, lo que han venido a denominar el “Código Walden” y se organiza en torno a una ‘Junta de Planificadores’ compuesta por seis miembros (tres hombres y tres mujeres) encargada de la supervisión, la resolución de problemas y el desarrollo exitoso de la comunidad. Estos puestos no podrían
desempeñarse más allá de los diez años. Asimismo, existiría la figura del manager en relación a tareas concretas, personas encargadas de tutorizar y supervisar el desempeño de tareas tales como el sembrado, la recolección, etc.
La principal premisa para el mantenimiento de esta sociedad experimentalmente planificada es que cada práctica o hábito sea considerado como susceptible de ser mejorada, que los miembros tengan una actitud experimental ante todos los problemas y las eventualidades que se les presenten. Siguiendo tal máxima así como el resto de principios igualitarios, surgieron diversas comunidades a lo largo de los años cincuenta, sesenta y setenta. Desde Twin Oaks en Virginia hasta East Wind en Missouri.
- Los Horcones
La comunidad de “Los Horcones“, por ejemplo, se estableció a principios de la década de los 70 en Hermosillo, México. Según sus miembros y el propio Skinner, es la comunidad que más se acerca a los principios y el funcionamiento prescritos en el ‘Walden Dos’ original. Los Horcones es una comunidad de personas interesadas en la prevención y solución de problemas sociales en el mundo contemporáneo. Su estilo de vida está basado en los principios de cooperación, igualdad, pacifismo (no-v iolencia), solidaridad y respeto por el medio ambiente.![]()
En 1971, algunos de los fundadores de Los Horcones, iniciaron una aventura social única y caracterizada por sueños que, paso a paso, se convirtieron en una exitosa realidad, tal es el caso Centro de Educación Especial localizada en Tecoripa. Al comprobar que los métodos de la psicología conductual podía aplicarse con éxito al área de la educación especial y que los niños aprendían nuevas conductas, gustos y habilidades sociales, se preguntaron porqué no utilizar el potencial de la psicología como ciencia para generar soluciones ante los problemas que los seres humanos compartimos. Así es como en 1973 se forma la Comunidad Los Horcones, inmersa en viaje donde convergen la libertad de pensamiento, la creatividad, el respeto y la tolerancia como forma de vida. El inicio y las bases de este modelo social alternativo requirieron de sus fundadores apertura mental absoluta y un cuestionamiento constante acerca de las formas y modos de organizarse, convivir y compartir en una comunidad.
- Autismo
Desde 1971, año en el que se fundó el Centro para Niños con Déficit Conductual, Los Horcones han diseñado programas para enseñar gustos y habilidades a niños y jóvenes con problemas de conducta, principalmente niños con conductas autistas. Sus más de 30 años de experiencia educando y formando les han enseñado que todos los niños tienen la capacidad de aprender nuevas habilidades, gustos, conductas de independencia, tolerancia a cambios en su rutina y habilidades que le permitan tener una vida con mayor independencia, rica y satisfactoria.
- Productos naturales
En Los Horcones fomentan un estilo de vida saludable y es por esto que una buena alimentación y el ejercicio son parte esencial del modelo social comunitario que promueven. Como parte de sus esfuerzos por dar a conocer nuestra comunidad y generar fuentes alternativas de ingreso surgió hace años la idea de ofrecer al público en general y desde la perspectiva del comercio justo sus productos, tales como pan, granola, galletas de avena, yogurt, huevos, flanes, etc., los cuales son reconocidos por su alto valor nutricional, su calidad y exquisito sabor.
- La comunidad de Twin Oaks![]()
Otro ejemplo clásico de sociedad alternativa basada en los principios del Walden Dos es el de la comunidad de “Twin Oaks“. Se fundó al comienzo del verano de 1967 y toda la información sobre esta comunidad, la historia de sus inicios y las vicisitudes a las que sus fundadores y miembros tuvieron que hacer frente, la podemos encontrar en el libro de Kat Kinkade ‘Un experimento Walden Dos. Los cinco primeros años de la comunidad de Twin Oaks’.
La comunidad, fundada por un grupo de 8 personas, llegó hasta los 40 miembros una vez finalizó su primer lustro de existencia. El principal problema de esta comunidad durante sus inicios fue el abandono por parte de los miembros que se unían, y es que las idas y venidas fueron una constante durante los primeros dos años. Sin embargo, una vez superado este problema y cuando sus principios básicos de cooperación, igualitarismo, no-violencia y sostenibilidad quedaron establecidos, el proyecto fue viable hasta el punto de que ha perdurado y crecido hasta nuestros días, alcanzando aproximadamente el centenar de miembros de manera estable desde 1996.
Su existencia se basa en una economía autosostenible a través de actividades como la producción y venta de hamacas que les permite adquirir animales y hortalizas con los que ellos mismos y de manera autosuficiente obtienen lo necesario, tanto carne como leche y verduras.
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- ¿Cómo se accede a esta comunidad?
La vida en esta comunidad no tiene costes ni cuotas. El único requisito es ser acogido por algún miembro de la misma durante la visita previa al ingreso. Durante ésta, se comienzan a conocer los quehaceres diarios en Twin Oaks. A lo largo de unas semanas se desempeñarán tareas como cualquier otro miembro. La comunidad proporciona comida, refugio, ropa y cuidados médicos a sus integrantes a cambio de 42 horas de trabajo a la semana. ![]()
La particularidad es que ese tiempo no se dedica a una sola tarea o en un solo puesto como estamos acostumbrados en nuestras vidas. Una parte se dedica a generar ingresos (fuera de la comunidad si el miembro así lo desea o dentro de la misma produciendo algún tipo de bien material –hamacas o tofu, por ejemplo-) con los que la comunidad costea aquellos bienes que no puede producir por sí misma, mientras que el resto de horas se atiende a tareas domésticas tales como jardinería, cocina, limpieza, reparación y mantenimiento del mobiliario y las herramientas de trabajo y el cuidado de los niños. El resto del tiempo libre se dedica al baile, la meditación, la representación de obras, lectura y a jugar a juegos de mesa. Otra de las aspiraciones de esta comuna era la de la sostenibilidad frente a la sociedad tradicional. Un miembro de Twin Oaks consume sustancialmente menos recursos que una persona de fuera de la comunidad, tanto gasolina, como electricidad, gas o ropa.
- Críticas a la comunidad del Twin Oaks
Pero no todo iba a ser ventajas. La comunidad ha sido objeto de críticas por parte de visitantes así como de sus propios miembros en relación a diversos aspectos. Por ejemplo, todas las tareas son igual de honorables pero no igualmente deseables, por lo que al no existir clases sociales no hay personas encargadas de las tareas de limpieza. En un principio trataron de solucionar este problema remunerando con más “créditos” dichas tareas frente a otras más deseables con la intención de compensar o hacer más atractivo su desempeño. Pero más tarde revocaron tal decisión, y a día de hoy sigue siendo un tema de debate. Otro aspecto que genera cierta incertidumbre o malestar a algunos miembros es la falta de intimidad. Si bien los dormitorios son individuales, el techo es comunal, así como las comidas y demás actividades sociales. Algún miembro ha asegurado sentirse “atrapado” en algún momento debido a la falta de privacidad. Desde fuera la mayor parte de la crítica se ha dirigido a la falta de libertad de los individuos, especialmente de los que aparecen en la novela de Skinner.
Como ya habíamos comentado al principio, Twin Oaks constituye más bien una experiencia que un experimento. Sin embargo, nos pareció lo suficientemente llamativo como para compartirlo con los y las visitantes del blog. Una novela que contenía la visión de un individuo sobre las posibilidades de crear una sociedad igualitaria y utópica sirvió de inspiración a un grupo de personas para fundar una nueva sociedad alternativa.
En un libro posterior de Kat Kinkade (el cual se promociona entre los visitantes y nuevos miembros de Twin Oaks) se describe el camino que falta por recorrer en dirección a la utopía. Se señalan sin miedo los obstáculos a los que se hace frente y se describen los intentos en la empresa de abordarlos.
La comunidad de Twin Oaks ha perdurado en el tiempo pero, ¿eso la hace realmente exitosa? Hay voces que se alzan evidenciando que su población parece haberse estancado, lejos del millar de personas para el que el Walden Dos original estaba diseñado. Otras voces hacen hincapié en la falta de libertad que sufren los miembros de estas comunidades.
Todos estos “peros” o críticas me llevan a la reflexión sobre el éxito de nuestra sociedad tradicional y la libertad en ella. Es arriesgado hablar de nuestra libertad en contraposición a la estructuración de tareas dentro de Twin Oaks. ¿Acaso somos libres de levantarnos a la hora que nos da la gana? ¿De ir allá donde nos plazca?
Un profesor que tuve durante mi segundo año en la universidad un día nos comentaba que los seres humanos no nacemos, sino que nos nacen. Y es que la voluntariedad no existe por parte del sujeto paciente de tal acto: no elegimos nacer, ni dónde, ni cuándo, ni cómo, ni de quién. Por lo tanto, ¿tiene sentido hablar de seres libres? Ni el pez puede escapar del agua en que vive ni el ser humano de la sociedad en que se enmarca, ya sea ésta construida artificialmente por él o por otras personas para él.
Post redactado por:
Agustin Hernández
Becario de Investigación
Fundación iS+D para la Investigación Social Avanzada
Fuentes:
- KATHLEEN KINKADE (1975). Un experimento Walden Dos: los cinco primeros años de la comunidad de Twin Oaks; prólogo de P. F. Skinner. Editorial Kaidós, Barcelona.
- http://www.loshorcones.org
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